miércoles, junio 02, 2010

¿POR QUÈ NO, NEGRO PRIMERO, AL PANTEÒN NACIONAL?

Desde Venezuela


¿POR QUÈ NO, NEGRO PRIMERO, AL PANTEÒN NACIONAL?

ELIGIO DAMAS

De 1816 al 21, son cinco años. Parecieran pocos. Pero cuando se pasan en el fragor de la guerra, formando parte dirigente de la expuesta vanguardia de un cuerpo de caballería que combate con constancia, tenacidad, se transforman en muchos y largos como una culebra. La pólvora se introduce en el hocico y las heridas al cuerpo han invadido. Al final, se entrega la vida con generosidad en una de aquellas arremetidas colosales y portentosas. Esa fue la vida de Pedro Camejo, en el lapso mencionado.
Ahora, uno se pregunta, como tantas veces en la edad juvenil, cuando leíamos y releíamos “La Venezuela Heroica”, de Eduardo Blanco, ¿por qué Negro Primero, no está en el panteón nacional? ¿Por qué nadie lo solicita?
No pensábamos que allí llegase José Leonardo Chirinos, pero por inocentes veíamos con pulcritud la presencia del Marqués del Toro.
Nos respondíamos con criterio racional y clasista, diciéndonos y diciendo: Porque fue negro. Agregábamos que la mayor concesión que, en ese sentido, hizo la oligarquía de origen y por “trepadera”, fue a admitidos y declarados como mestizos. Por supuesto, en todo caso no hicieron más que reconocer a esos héroes, de verdad verdad, sus indiscutibles méritos. Pero hasta allí.
Camejo, hizo una heroica campaña como subalterno del “taita”. Quizás no hubiésemos reparado en él, si a Eduardo Blanco, por esos rasgos èpicos y hasta estados emocionales usados por los narradores de historia al estilo romántico, como eso de exaltar al héroe y la “insignificante” figura popular, que en fin de cuentas hace la historia”, no se le hubiese ocurrido meter en su libro aquello de “General, vengo a despedirme de usted porque estoy muerto”. Fue esta frase, del autor de la conocida obra venezolana y dentro de ella misma, que proyectó a Camejo al Olimpo y le hizo un héroe popular entre los venezolanos. Pero no dentro de la oligarquía y oficialismo, por lo menos no tanto como para meter sus huesos en el Panteón Nacional.
Pero quienes allí no lo llevaron, pese a que Eduardo Blanco lo enterró hondo en el corazón de los venezolanos, hasta allá dentro donde no llegaron unos cuantos de quienes si están en el cementerio de los reconocidos, no dijeron que fue por negro, sino por haber participado antes en la filas realistas.
Si esto es verdad, tiene uno derecho de creer que en esta época no pensamos llevarle, porque hemos heredado la factura que la oligarquía o la derecha de siempre, contra él tiene en el archivo. Es como si la vanguardia de hoy, que no es totalmente aséptica, le estuviese cobrando al pueblo, de manera indiscriminada, su pasado.
También sería esa actitud, que le cobra a Camejo su actuación antes de 1816, una demostración de ignorancia. Para un negro, esclavo como él lo fue, en una región donde los mantuanos criollos, dirigentes de la primera república, eran también los grandes propietarios de tierras y usufructuarios de la mano de obra esclava, nada más racional que combatirles. Muerto Boves, oyendo hablar a los republicanos como Bolívar de abolicionismo y la aparición de líderes del pueblo como José Antonio Páez, Camejo fue inteligente para encontrarse allí.
Seguir con esa factura en la mano es un anacronismo.
Es posible que alguien diga, sin que le falten razones, que Camejo no fue sino un oficial inferior sin los puntos necesarios para llegar al panteón. Criterio que pareciera ser digno de respeto. Aunque en el recinto hay más de uno como coleado. Pero “Venezuela Heroica” o mejor dicho, Eduardo Blanco, hizo mención específica de Negro Primero, no de otro, y lo hizo para resaltar a través de su figura y aquel momento estelar, su muerte, en la grandeza de la batalla de Carabobo, donde los jinetes de Páez se cubrieron de gloria, la trascendente e invalorable contribución en la guerra de independencia de los descendientes de los venidos de África. José Leonardo, el de los alzados de la sierra coriana, un iniciador, representa otro momento de la historia venezolana y aporte muy significativo de aquella gente.
No sería sensato que quienes están más obligados a reconocer los méritos de hombres como Camejo, por soldado heroico y representante de la africanidad, sigan ignorándolo y tomando otros caminos, porque aquel estuvo al servicio de Páez. Lo que sería como pasarle una factura doble sin que ninguna deba. O derivar una actitud de un discurso mal interpretado.

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