jueves, febrero 04, 2010

LA VENEZUELA PETROLERA. PARTE II

Desde Venezuela


LA VENEZUELA PETROLERA


PARTE II


INFLUENCIA DEL PETRÓLEO EN LA EVOLUCIÓN DEL PAÍS.


ELIGIO DAMAS


Con el inicio de la explotación petrolera y su comercialización en grande, se desata un factor más generador de dependencia con respecto a los grandes monopolios internacionales y fundamentalmente frente a Estados Unidos. Además de ello, se modificó la tradicional economía basada en la exportación de productos agropecuarios. Venezuela devino de monoproductor agrícola, rasgo dominante de nuestra economía, en monoproductor petrolero. Se convierte en un exportador petrolero; para 1937 se exportaba el 90.4 por ciento de la producción. Como muestra del carácter dominante del nuevo negocio, cabría señalar que el valor de las exportaciones de ese año superó al valor de las exportaciones en su conjunto.
La Venezuela del inicio del negocio petrolero se caracterizaba por dedicar a la agricultura sólo el 13.6 por ciento del total de sus tierras cultivables. El 86.4 por ciento de las tierras, bajo propiedad privada, correspondían a latifundios en forma de hatos, haciendas improductivas y sabanas.
De modo que esa estructura se tradujo en una escasa productividad. El acaparamiento de la tierra en pocas manos dio por resultado una producción agropecuaria de baja calidad y costosa, imposibilitada de competir exitosamente en los mercados de otros países.
La explotación del petróleo encontrará, en la situación anteriormente descrita, un caldo de cultivo apropiado para movilizar, hacia los campos petroleros, a grandes contingentes humanos. Más que el espejismo de la industria petrolera y su efecto multiplicador sobre el resto de la economía, lo que mueve a las masas rurales es la improductividad del campo.
Por este camino, a una economía en retroceso, por su incapacidad de competir en el exterior y por la política monetaria, que por lo general trata de estimular la inversión extranjera, se le asesta un nuevo golpe. En este caso provocando la movilización de la fuerza de trabajo hacia áreas urbanas que nacen al calor de la explotación petrolera.
De aquí que podamos evidenciar otro cambio; la población no sólo se moviliza hacia las áreas petroleras, sino que también lo hace hacia donde el Estado invierte los elevados ingresos que percibe como resultado de la actividad de la nueva industria. De allí que podamos decir que la actividad petrolera cambió la distribución espacial de la población venezolana, que de rural pasará a ser determinantemente urbana. Habrá pues un cambio en la población de gran trascendencia.
El desarrollo de la industria petrolera incrementó violentamente las importaciones en razón de que el país no producía los alimentos y artículos manufacturados indispensables para satisfacer la creciente demanda interna. La movilización poblacional hacia el área urbana, el aumento del poder adquisiti¬vo del venezolano y hasta cambios en los hábitos de éste, aumentaron las cifras de las importaciones.
El ingreso nacional y la producción de beneficios, no se tradujeron en acumulación suficiente de capital, sino que se fue succionando al exterior por la irrefrenable política de importación. En 1926 las importaciones llegaron a 358.458.313 bolívares y las exportaciones, sin incluir el petróleo, apenas alcanzaban la cifra de 144,637.000 bolívares.
Para 1929, podríamos citar un dato curioso, mientras las importaciones incrementan a un nivel mínimo los bienes de capital y de materias primas, en cambio, aumentan las importa¬ciones de bienes de consumo suntuario.
Las importaciones venezolanas se elevan para 1952 a 2.420 millones de bolívares. Para 1958 llegó la cifra a 4.765 millones de bolívares. Este violento crecimiento de las cifras se tradujo en una escasa acumulación de capitales y restó posibilidad al desarrollo de una estructura que pusiese freno a las tendencias del proceso económico.
A este período algunos economistas llaman economía de puerto, pues Venezuela se comportaba como un gran puerto de donde salía petróleo e ingresaban productos de toda naturaleza en grandes magnitudes.
Todo eso se revertía en el seno de la organización social de Venezuela en los siguientes términos:
Esta nueva relación de dependencia neo colonialista fortaleció a los grupos que años atrás mantenían vínculos con el capital internacional.
En un país, donde por efecto del maná petrolero había crecido extraordinariamente la capacidad adquisitiva, la burguesía creció y estrechó más sus vínculos con el capital foráneo. De allí que la nueva estrategia de penetración, la política de sustitución de importaciones con capital foráneo particularmente, encontrará a ambos sectores del capital "hermanados" en la tarea de desnacionalizar la economía venezolana.
Al calor de la penetración petrolera y de la política desnacionalizadora del sector secundario y de la economía en general, surge el movimiento obrero, dedicado en primer momento a trabajar en mayor escala en la industria petrolera y después en el sector secundario de la economía.
La elevación continuada de los ingresos petroleros, el aumento de la capacidad adquisitiva, la formación de una mentalidad apta para el consumo, definen a Venezuela como un mercado apreciable consumidor de bienes de consumo y bienes durables.
La situación interna que el propio petróleo ha generado, como el decaimiento de las actividades agrícolas, la modificación de la población económicamente activa - de rural a urbana -, la concentración de desocupados en las áreas periféricas urbanas y el costo elevado de la mano de obra en los países metropolitanos del capitalismo, obligan al capital monopólico internacional a tomar un nuevo camino. Se pondrá de moda en el país la política sustitutiva de importaciones, donde los "capitalistas nacionales" servirán de anfitriones, para definir una nueva relación de dependencia. La estructura interna industrial pasará al control del capital internacional.

EVOLUCION DE LAS IMPORTACIONES
EN VENEZUELA

AÑOS BIENES DE CONSUMO MATERIAS PRIMAS

1913-1944 57.6 55.2 15.9 15.6

1926-1955 43.3 49.2 11.1 19.4

1936-1960 48.3 40.8 12.6 27.0

Las cifras revelan como, al mismo tiempo que disminuye la correspondiente a bienes de consumo - entre 1944 y 1960, bajó en un 15

por ciento aproximadamente - la de materias primas asciende de 15.6 a 27.0, o sea un total de 11.4.
Esto nos evidencia como fue evolucionando la política sustitutiva, que aumentaba la importación de materias primas para procesar productos en las industrias instaladas en el país. Pero sobre la base del predominio del capital foráneo, cuyos beneficios son remitidos al exterior.
En todo caso, las anteriores políticas petroleras, desde el 50-50, hasta la nacionalización, cuyos términos no vamos a discutir, pasando por el 65-35 del Dr. Sanabria, paulatinamente permitieron al país acumular ciertos capitales. Pero económicamente mantuvo los rasgos de una economía subdesarrollada, pues básicamente siguió dependiendo de un solo producto y su economía se volcó al exterior; está sujeta a las emergencias y contingen¬cias de los grandes países capitalistas.
Los efectos del petróleo sobre la economía agrícola aún siguen sin ser superados. Mas, es obvio que en términos de crecimiento, al margen de los rasgos cualitativos de la estructura, el país ha crecido, ha mejorado sus servicios y ha adquirido los rasgos precisos de una economía capitalista.
Las crisis posteriores, la ineficiencia de las clases gobernantes y productivas, políticas neoliberales promovidas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y los grandes capitales gringos y europeos, pusieron en evidencia la incapacidad del sistema capitalista para resolver los grandes y graves problemas que se acumulaban en la periferia de la sociedad venezolana y llegamos al estallido del 27 de febrero de 1989 o “Caracazo”, que demolió a las clases y partidos gobernantes y redujo a la nada la popularidad de Carlos Andrés Pérez.
El entreguismo de quienes gobernaban en Venezuela llegó a límites viles, como convertir nuestra presencia en la OPEP en una especie de “Caballo de Troya”, para, violando las cuotas impuestas por el organismo, provocar un desmedido aumento de la oferta y la caída de los precios. Tanto que cuando Chávez asciende al poder en 1999, el barril del hidrocarburo estaba en la miserable cifra de siete (7) dólares.

No hay comentarios.: