miércoles, septiembre 02, 2009

SOBRE LA FALSARIA ARGUMENTACION DE LOS EDITORES DE WIKIPEDIA EN CASTELLANOS

02-09-2009



Sobre la falsaria argumentación de los editores de Wikipedia en castellano


Salvador López Arnal
Rebelión


Se ha hablado de ello en esta página en alguna ocasión. Es conveniente insistir.
Buenos Aires ha acogido recientemente la edición de Wikimania, la conferencia internacional que anualmente celebra la comunidad de editores y colaboradores de Wikipedia. Richard Stallman fue el encargado de dictar la lección inaugural. Durante su intervención, “acusó a la edición española de Wikipedia de censurar artículos que enlazaban al sitio rebelión.org por razones políticas”1. Los editores españoles de la enciclopedia respondieron al envite e insistieron en los argumentos esgrimidos cuando la polémica irrumpió en la primavera pasada: “rebelión.org no es una página con noticias originales sino un mero agregador de textos de otros sitios”. Ergo… la censura está justificada.

Nada nuevo bajo el sol. La misma música, la misma letra, el mismo disparate político-intelectual. Sin ningún compás alterado, sin falsadores potenciales en el horizonte.

Probemos otra vez, intentémoslo de nuevo.

¿Podemos suponer e incluso admitir que la afirmación de los editores españoles de Wikipedia tiene algún atisbo de verdad por insignificante que éste sea? No, no parece plausible responder afirmativamente. En rebelión.org se publican artículos y entrevistas que tienen en la página su primer lugar de edición y que desde allí se distribuyen en otras páginas de la red. Esta insignificante nota (perdonen la inmodestia) es un ejemplo.

¿Podemos suponer e incluso admitir, esforzándonos más, mucho más, que la afirmación de los editores es cuanto menos más verdadera que falsa? No, tampoco este sendero de lógicas multivaloradas es transitable. En rebelión se publican traducidos artículos escritos en originalmente en inglés, alemán, francés, italiano, árabe o ruso, por ejemplo, que difícilmente estarían al alcance del lector hispánico medio. Llamar a eso “simple agregado de textos de otros sitios” es, si algo es, un uso privado del lenguaje y sabemos desde Wittgenstein que tal uso no es posible sin neto riesgo de incomunicación

Si olvidamos artículos y entrevistas originales al igual que traducciones, ¿podemos suponer y admitir que la crítica de los editores tiene alguna gravedad, que no es meramente la insoportable levedad del sinsentido? No es fácil seguir este nuevo camino: en rebelión.org se publican libros que tienen en esta página su primer lugar de edición, al mismo tiempo que se editan clásicos de disciplinas diversas (no sólo del ámbito de las humanidades: El origen de las especies de Darwin es un glorioso ejemplo de ello) y textos contemporáneos editados anteriormente en papel y no siempre ahora de fácil acceso.

Supongamos aunque no admitamos que todas las anteriores afirmaciones son marginales, torpes y poco sustantivas en el fondo. ¿Podemos otorgar algún interés al comentario de los editores? No es tarea fácil. Muchas otras páginas, de interés indiscutible e indiscutido, tienen características similares a las que tienen rebelión. Daré tres ejemplos (el lector/a puede añadir unos cuantos más según sus preferencias): sin permiso, Espai Marx y kaos en la red. No se observan diferencias de composición entre ellas y rebelión.

Supongamos, incluso admitamos en un ataque de generosidad intelectual irresponsable, que existe la singularidad señalada y que rebelión tiene la característica de ser un mero agregador de noticias, el único lugar en la red que ostenta tal atributo. Si fuera así, estando muy lejos de serlo, quedaría en pie, en pie de paz y rebelión, la misma configuración, la misma presentación y ordenación de los materiales que buscan una finalidad político-cultural explícitamente señalada por los responsables de la página: cultivar, dar fuego a la llama de la resistencia en cualquier lugar del mundo, alimentar el combate por la justicia y el socialismo y contra el racismo, el sexismo y el capitalismo depredador en cualquiera de sus variantes, sin caída en ningún oscuro pozo sectario ni aproximación a ninguna fuente irracionalista.

Si esto es así, si alguna de estas razones está bien fundamentada, ¿qué queda entonces de la razón esgrimida por los editores de wikipedia para censurar artículos de la página? Nada, nada de nada. Su posicionamiento falsario se desvanece en el aire contaminado sin resto argumentativo admisible.

Cabe entonces preguntarse: si no asisten razones, si el argumento no parece sostenerse en ninguno de sus vértices, y mucho menos en alguna de sus aristas, ¿qué explica entonces este sostenella y no enmendalla? Las conjeturas están abiertas pero no es improbable que el sectarismo y el dogmatismo políticos, nada inocentes ni gratuitos, estén en la base de este despropósito (algo pasado de rosca) político-intelectual.

“Hechos para teorías”, se ha señalado en ocasiones en la epistemología contemporánea; teorías y posiciones políticas que deforman hechos contrastados y compartidos, podríamos añadir.

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