sábado, enero 17, 2009

CUBA EN SUCESION

Análisis Político: Cuba en Sucesión XIX

50 Años de Revolución.

Dr. José R. Alfonso. Estratega Político.



Desde La Habana (QPM-01/01/09). Miami aún se caracteriza por ser residencia mayoritaria de una comunidad de exiliados de origen cubano en la tercera edad (geriátricos), que desde hace cincuenta años prefieren vivir de cara al pasado, ignorando el presente de lo que en realidad sucede en Cuba. Sus mentes solo recuerdan el modo de vida en la Cuba Republicana y los enfrentamientos armados y civiles en contra de Castro, anterior y posterior al triunfo de este, guerra civil asimétrica donde en realidad siempre, por una u otra causa, resultaron derrotados.



Guerra civil asimétrica encabezada primero por miembros del régimen dictatorial de Batista que agrupados en la organización “La Rosa Blanca” apoyados desde República Dominicana (“La Trujillista”) no pudieron cumplir los objetivos de vencer a Castro. Derrocamiento que tampoco lograrían los propios compañeros de armas de Fidel Castro –que no aceptaban la línea ideológica comunista a la que el máximo líder dirigía el proceso revolucionario- a través de una cruenta guerra civil desarrollada por desertores de las filas -M-26-7; II Frente del Escambray y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo, entre otras- los que conspiraron, alzaron en armas, trataron de eliminarlo físicamente, se infiltraron, invadieron la isla (Playa Girón), realizaron actos de sabotaje con y sin el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), para finalmente, sin excepción, fracasar en el intento terminando participantes y colaboradores apresados, fusilados, encarcelados o exiliados.



Sin embargo en el Sur de la Florida -denominada la Séptima Provincia de la República de Cuba- territorio continental norteamericano, sienten y se muestran como los vencedores, rehacen y escriben la historia, erigen monumentos, museos, todo sobre Cuba, en tanto controlan los principales medios hispanos de comunicación social privados escritos, radiales y televisivos, y federales (Radio y TV “Martí”) además de los servicios administrativos municipal y condal como también controlan la dirección del Partido Republicano condal. Aquí en Miami ganaron. Allá, en la isla, perdieron. Pero su triunfo acá es una las formas que les permite bloquear en sus mentes lo estéril que fueron sus esfuerzos y sacrificios desde comienzo del propio año 1959 por derrocar el triunfo Castrista que hoy cumple cincuenta años.



También se debe señalar que algunos de los más “vivos” –el tradicional “bicho” cubano- convirtió la lucha contra Castro en un excelente y lucrativo “modus vivendi”, ejemplo aún imitado con éxito por algunos jóvenes cubanoamericanos de la diáspora, esta vez realizando supuestas labores propias de la sociedad civil destinadas a disidentes y opositores dentro de la isla. Cabe mencionar que luego de los fuertemente cuestionamientos e irregularidades en el manejo de esos fondos federales por parte de grupos locales, estos sean posiblemente eliminados o reducidos.



En honor a una realidad objetiva hay que reconocer que conforme fueron derrotados dentro de la isla durante cincuenta años, fuera de ella, principalmente en Miami, esos mismos cubanos constituyen el único grupo de exiliados que extrapolando sus valores socio-económicos y nacionalistas no permitieron ser absorbidos por el sistema de vida norteamericano y hoy muchos de ellos son triunfadores económicos, sociales y políticos lo que ha favorecido que algunos de sus descendientes ocupen importantes puestos públicos y políticos dentro de la vida administrativa y electiva norteamericana en una sola generación.



Triste es para los geriátricos exiliados de Miami conocer que en el ocaso de sus vidas, luego de cincuenta años de exilio y del proceso encabezado por Fidel Castro, encontrándose este ausente del poder y que la isla sea dirigida por un gobierno presidido por su hermano Raúl, por mandato expreso de Washington han quedado fuera de cualquier opción política respecto a Cuba.

Estados Unidos de Norteamérica desde muchas décadas no tiene presente a América Latina, y Cuba hasta 1959 no era la excepción en la agenda de los principales intereses de la Casa Blanca ni de la política exterior norteamericana. Mas bien el conjunto de las naciones que integran América Latina era considerada como parte de su traspatio natural y una “reserva nacional” totalmente bajo su control. El General Eisenhower, terminada la II-GM y una vez presidente de esa nación priorizo el lidiar con problemas de mayor interés geopolítico como Corea, Berlín y Moscú. Cuba cobra interés para la Casa Blanca a partir del triunfo de la revolución ante la cual el propio presidente Eisenhower dicta de inmediato Ordenes Ejecutivas para la implementación de acciones de guerra asimétrica, medidas políticas de neutralización regional y de diferentes provocaciones para dañar su economía, incluyendo el diseño de un Proyecto de Invasión c/p “Clean Up” al estilo de la efectuada en los años cincuenta en Guatemala.



Ordenes Ejecutivas heredadas más tarde por el presidente a John F. Kennedy quien las aplicó e incrementó durante los años 1961-62 hasta que finalmente con el cierre de ”La Operación Mangosta” a finales de 1962, disminuyendo en gran escalada las actividades de guerra asimétricas y planes contrarrevolucionarios estadounidense contra la isla entre otras razones por los continuos fracasos de sus servicios especiales, sus agentes de campo, sus colaboradores internos y externos (el exilio histórico) pero sobre todo, producto del excelente trabajo operativo secreto de los servicios especiales cubanos (inteligencia y contrainteligencia) quienes lo penetraban, neutralizaban y operaban con éxito, por lo que a partir de esa época estos servicios llegaron a estar cualificados por la comunidad de inteligencia, amiga y enemiga, entre los mejores del mundo.



Aunque los servicios especiales de Cuba dicen que para saber los “secretos y planes de sus radicados rse en la Calle Ocho y jugar domino en el Parque de las Palamos



A partir de entonces La Habana vuelve caer en el nivel de Asunto Periférico de antes de finales de 1958 para la Casa Blanca y política exterior norteamericana -existen tres niveles en la arquitectura estratégica de la política exterior estadounidense siguiendo este orden: Estratégica; Crítica y Periférica- éste último nivel está destinado para las naciones que no tienen importancia estratégica, geoestratégica, económica o política para los intereses estadounidenses, por ejemplo Haití y Cuba entre otros.



Los Estados Unidos de Norteamérica han elegido un nuevo presidente, Barack Obama, un líder carismático, pragmático, lleno de los mejores deseos, intenciones y voluntad para nuevamente encausar el rumbo de la nación americana desviados por los intereses de los neoconservadores republicanos al asumir el poder George W. Bush. Obama ocupa el máximo asiento ejecutivo de la dirección política de la nación con una promesa: Cambio. Aunque el régimen de la isla no constituye una prioridad a enfrentar para la actual administración de Obama, -Economía, Economía y Economía son sus tres prioridades fundamentales- su promesa de campaña de liberalización de los viajes de familiares, el envío de remesas y el intercambio académico será cumplida.



En tres ocasiones públicamente el actual presidente cubano ha levantado la rama de olivo y mostrado la disposición de dialogar, sin condiciones previas, con la nueva administración, en un evidente ejercicio de tanteo. La señal es clara, los que conocemos la forma de pensar y actuar de la dirección cubana, y en especial el Perfil de Fidel Castro, sabemos que La Habana está llamando la atención preventivamente antes de acudir a otras medidas políticas pasivas y activas para ser atendida por su vecino del norte. Con toda seguridad si no logran obtener una respuesta de la nueva administración, con toda seguridad se presentará para Washington crisis políticas en diferentes campos sobre todo internacionales.



Cuba ha demostrado a través de estos cincuenta años que su gobierno no negocia bajo presión, la historia así lo viene demostrando y que cuando desea forzar el sentarse en una mesa de negociaciones con los norteamericanos sabe muy bien como mover los hilos para hacerlo sin tener que emplear ningún tipo de agresividad o amenaza bélica. Créanme, conforme en economía son un desastre, en política internacional durante cincuenta años han tenido tiempo para demostrar que han sido bastante pragmáticos y efectivos. De la decisión de Obama y su equipo asesor dependerá en buena medida los futuros acontecimientos.



Otra realidad inobjetable es que Obama no tiene deuda ni debe favores políticos a los cubanoamericanos de derecha del Condado Miami-Dade (Miami) todo lo contrario, un noventa y dos por ciento (92%) de los votantes de ese grupo étnico lo hizo en su contra, apostando por el “caballo perdedor” incluyendo a todos los políticos electos de origen cubanoamericano desde los niveles de ciudad, condado, estado y federal. Tampoco adeuda a lideres comunitarios quienes conjuntamente con directores y conductores de medios de difusión, escritos, radiales y televisivos, controlados por ese grupo étnico, llevaron en su contra durante toda la campaña electoral una intensa, sostenida y ampliamente difundida campaña desmitificadora y calumniosa en su contra como nunca antes había sido vista, leída y escuchada. Solo un reducido número de cubanoamericanos, entre los cuales nos encontrábamos, financiamos, apoyamos y votamos por Obama y el Cambio.



La Habana conmemora los cincuenta años de la Revolución con el país ordenado por los méritos de la cronología, lo que significa que la nación esta regida por personas geriátricas, factor conocido políticamente como gerontocracia. Objetivamente se trata de una administración que sin ejercer presión ideológica ha ido afianzándose en el ejercicio cotidiano del poder controlando totalmente el país, sus fuerzas armadas y sus servicios especiales, mostrando hasta el momento ser un gobierno estable políticamente y que trabaja en forma pragmática y colegiada, delegando responsabilidades y funciones, tratando al menos de responder y atender los requerimientos de la población y de no prometer milagros o sueños inalcanzables.



Con una microdisidencia interna tolerada, controlada, manejada y extremadamente limitada en su papel oposicionista y con un periodismo independiente con iguales características y en el que solamente figuran menos de cinco periodistas disidentes, el proceso iniciado por Fidel Castro en 1959, hoy a cincuenta años presidido por Raúl, continúa recibiendo de su población un respaldo mayoritario sobre todo referente a sus proyectos sociales principalmente en las esferas de educación y cuidado médico gratuito, también apoyan la igualdad social existente y reconocen los esfuerzos para mantener bajas las tasas de mortalidad infantil así como el subsidio a la alimentación y aceptan de buen agrado otras gratuidades.



Aunque en los dos primeros, educación y salud gratuita, existe el criterio generalizado de que existe un franco deterioro en calidad profesional (maestros ineficientes) y de carencias de profesionales de la salud unidos a problemas de infraestructura material y técnica en Policlínicos y Hospitales. Por otro lado preferirían recibir mejores compensaciones salariales, y una sola moneda, que continuar recibiendo determinadas gratuidades.



Actualmente se observa, y se comenta, la notable mejoría en el transporte local y la ausencia de apagones. También se “siente y escucha” acerca de una mayor insistencia, preocupación e interés por los asuntos que afectan la calidad de vida de la población por parte del actual dignatario. A pesar de ello un importante segmento de jóvenes sienten que en la isla no hay futuro para ellos, lo fundamentan en que sus propios abuelos y padres, a pesar de que se sacrificaron por el proceso revolucionario, aún no han podido disfrutar de las promesas de un futuro brillante y próspero hechas a principios de la revolución y hoy en el ocaso de sus vidas viven materialmente en peores condiciones que al inicio de la revolución.



Internacionalmente, guste o no, la mayor carta de triunfo de Cuba en estos momentos es el alto nivel de apoyo y aceptación a nivel regional y europeo con que cuenta. Lo que no pudo resolver la bipolaridad mundial con la guerra fría, ni los movimientos de izquierda a través de conflictos regionales armados de baja intensidad y asimétricos, se resolvió a través del voto popular ante las urnas. Importantes aliados ideológicos acompañan hoy a la revolución cubana en su cincuenta aniversario: en Venezuela, el presidente Hugo Chávez, en Bolivia, el presidente Evo Morales, en Ecuador y Nicaragua, los presidentes Rafael Correa y Daniel Ortega respectivamente. La Unión Europea también se apresta a mejorar sus relaciones con la isla.



De colofón importantes líderes latinoamericanos reunidos recientemente en una cumbre en Brasil expresaron su rechazo al embargo estadounidense, insistieron en la incorporación de la isla a la Familia Latinoamericana y elogiaron la asistencia del presidente Raúl Castro a dicha Cumbre.



La Habana se prepara también para recibir durante el primer trimestre del 2009 las visitas del ecuatoriano Correa; la argentina Cristina Fernández; la chilena Michelle Bachéelet, al conservador Felipe Calderón, a Martin Torrijos presidente panameño, incluso hasta el mandatario de Guatemalteco los visitará, que mejor señal y muestra de apoyo latino y centroamericano puede recibir el actual mandatario cubano.



A pesar del gigantesco, indiscutible y decisivo impacto de la revolución cubana, de la profunda huella que su presencia implica para América Latina, de la figura carismática y brillante de Fidel Castro, del que para los izquierdistas más románticos la isla continua siendo un símbolo para los países tercermundista, ninguna fuerza política del continente, ninguna, de izquierda e incluso socialista, encuentra el atractivo de repetir, para su nación y pueblo, el modelo cubano -un modelo de estado socialista autoritario, controlado por un partido único, y encabezado por un solo líder el que siempre ha sido acompañado, objetivamente, de profundos y serios problemas económicos- en sus cincuenta años de existencia .



Para los simpatizantes en el exterior las medidas económicas y sociales adoptadas domésticamente: educación y cuidados médicos gratuitos, bajas tasas de mortalidad, subsidio a la alimentación, igualdad social y un desarrollo científico notable para un país tercermundista son encomiables, sin importar otros aspectos.



Para los detractores el precio a pagar por estos beneficios sociales: falta de libertades políticas e individuales, tutoría estatal –paternalismo de estado- sobre cualquier actividad o iniciativa publica o privada, entre otras limitaciones y privaciones, les resulta demasiado elevado.



La revolución cubana fue el hijo de un singular momento histórico que con toda seguridad no vuelve a repetirse, incluso dentro de la misma isla. En tanto la experiencia de la URSS primero y la de Cuba después, señalan que imitar modelos fue y es un gran error.



El reloj biológico en ambos lados del mar continúa su indetenible marcha.



Allá, en Miami, los geriátricos antagonistas leyendo día tras día los periódicos locales buscando en el obituario a amigos y familiares y asistiendo a actividades sociales y consultas médicas con similares propósitos. Mientras retienen en sus memorias retrógradas la década de los años cincuenta, viviendo, recordando, añorando y soñando con el regreso a una Cuba que ya hace cincuenta años, en tiempo real, no existe.



Aquí, en La Habana, un país con una población envejeciente cuyos jóvenes rehúyen del matrimonio y el tener hijos, los geriátricos continúan viviendo del recuerdo de epopeyas y glorias pasadas a través de cincuenta años de sudor, sangre y sacrificios, recuerdos de la lucha insurreccional y de acciones combativas nacionales e internacionales y que son anécdotas frecuentemente, mientras continúan siendo enterrados sus protagonistas.



Así, los geriátricos protagonistas de la isla observan en silencio como sus hijos y nietos, parte de una nueva generación de cubanos, piensan que en Cuba no existe lugar para ellos y que dentro del país no podrán realizarse como individuos ya que se necesitarían más de tres quinquenios, una nueva generación, para resolver tantas tareas pendientes en especial los problemas de mejoramiento en la calidad de vida. Para ellos la única opción viable es buscar en suelo extraño sus sueños, esperanzas y metas aspiraciones. Próximamente decenas de miles de cubanos calificados podrán optar por esa “válvula legal de escape” al obtener la ciudadanía española a través de la reciente Ley de la Memoria Histórica, una vez en España la mayoría de ellos se encaminarán hacia Miami, su destino final, donde acogiéndose a la Ley de Ajuste Cubano lograrán completar sus aspiraciones.



Cincuenta años han transcurrido, una generación geriátrica sin tierra, los antagonistas, continúan siendo enterrados en cementerios fuera del lugar que los vio nacer. Otra generación geriátrica, los protagonistas de una revolución, también están siendo enterrados sólo que en el sitio que los vio nacer. Muchos de los antagonistas triunfaron económicamente en suelo ajeno, los protagonistas aún no han podido recoger la cosecha de bienestar y promesas a la que entregaran lo mejor de sus vidas, para dejarlas como herencia a sus hijos y nietos.



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