viernes, julio 25, 2008

NO MENOS DE CUATRO AÑOS DE CÀRCEL SE MERECE

Desde Venezuela


NO MENOS DE CUATRO AÑOS DE CÁRCEL SE MERECE


Eligio Damas


“No menos de cuatro años de cárcel se merece”; así de rotundo se manifestó Américo Flores Aranz, ministro de defensa peruano, ante el gesto de Leysi Suárez, bailarina y cantante de un grupo musical femenino y popular de aquel país, quien posó desnuda para la portada de una revista sobre el lomo de un caballo, usando como silla o manta, la bandera nacional del país de los Incas.
El alto funcionario acusó a la actriz “por ultraje”. Declaró a los periodistas que aquel gesto “es una acción irrespetuosa y un vejamen a los símbolos patrios, que no pueden quedar impunes”.
La información, vertida por la AFP, dice que el ministro denunció penalmente a la osada joven. Tal expresión, la entiende uno como que la acusó ante los órganos jurisdiccionales competentes que deben ventilar el asunto.
La Suárez, por su parte, complacida por haber sido exaltada a la fama por partida doble, se limitó a expresar que en nada se arrepiente; y agrego de modo sugerente y hasta con sensualidad patriótica, “amo a mi país y lo demostré en cuerpo y alma”. ¡Vaya la forma!
Espera uno, como para solazarse un poco, que las autoridades reconstruyan el crimen “en vivo y en directo”, con esas acuciosas y oportunìsimas cámaras que siempre están “donde se produce la noticia”, para constatar la tamaña ofensa de la cantante peruana. Y si le ponen primero a caminar, antes de subir al caballo, “del puente a la alameda”, como si fuese “la flor de la canela”, mejor todavía, para sea más abundoso lo informado; y brillante, llamativo el espectáculo.
Es verdad, como dijo alguien a quien leímos días atrás, la bandera venezolana al revés no es nuestra bandera; es decir con los colores en el orden de rojo, azul y amarillo y las estrellas, que no ponen ocho sino siete, formando un arco en contrario, será cualquier símbolo pero no la bandera nacional venezolana.
Pero quienes esto hacen, saben bien lo que entre manos se traen; que no es otra cosa que lanzar un mensaje premeditado para mancillar la bandera y “los símbolos patrios”, para no salirnos de la tónica del ministro de Alan García, contra el gobierno de Hugo Chávez. Y este caso es más grave y hasta de muy mal gusto, pues la bandera no siempre la tremola invertida una graciosa dama y por demás en cueros, sino que suele suceder que lo haga un casto cura pero añoso, en plena y a misa plena. Y por las calles marchan saboteadores de oficio sin gracia y con excesiva grasa, portando la bandera con violación de la ley.
Pero la derecha de aquí, piensa que la bandera es un trapo que se puede usar como sea y para lo que sea. Si uno sólo piensa que aquello es delito y que como tal merece una sanción, sobrarán las ONG, las SIP, Reporteros con o sin Fronteras, los Súmate y cuanta cosa ha inventado la derecha, que nos amenacen con llamar a la CIA, OEA, ONU, Tribunal de la Haya, hasta a María y paremos de contar.
Pero en Perú, donde el gobierno es aliado de quienes aquí voltean la bandera en cualquier parte y ante la circunstancia que sea, es un acto irrespetuoso y vejatorio, que una “maja desnuda”, no la de Goya, se pose sobre el pabellón nacional. Y como tal debería ir cuatro años a la cárcel por la medida chiquita. Y uno bien sabe que los de acá, aliados de quienes allá son muy susceptibles frente a gestos inapropiados contra los símbolos patrios, por incoherentes aplaudirán al ministro militar.
En cualquier caso, la bandera, escudo, himno y demás símbolos de cualquier patria deben respetarse. Pero los gringos, enseñan desde hace años que la bandera sirve para todo, hasta para llevarla en los pies y ensuciarla de bolas. Y quien algo en contrario diga, es un mojiganga y obsoleto.
No obstante uno puede reflexionar o invitar a hacerlo a los peruanos, en el sentido que, ¿si nos molestamos con razón, que una hermosa muchacha desnuda y bien bañada, use de silla o manta de montar la bandera peruana, por qué no hacerlo si los gringos, por sus intenciones definitivas de establecer una base militar y meter en aquel territorio sus tropas, normalmente alérgicas al agua y jabón, estarían estrujando una bandera de libertadores?
¡El gesto del ministro de la defensa, justamente éste, luce muy hipócrita, como un simple saludo a la bandera! Y eso que no es un Santos.

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