domingo, julio 06, 2008

MUY A TONO CON LOS TIEMPOS

ENVIADO POR LISSETTE BUSTAMANTE

MUY A TONO CON LOS TIEMPOS: JOSÉ MARTÍ Y EL PERIODISMO

La labor de José Martí como periodista fue sincera y comprometida con los problemas de su tiempo. A esta profesión dedicó gran parte de su vida. "Amo el periódico como misión y lo repelo como disturbio".
“Odio la pluma que no vale para clavar la verdad en los corazones y sirve para que los hombres defiendan lo contrario de lo que les manda la verdadera conciencia, que está en el honor, y nunca fuera de él”. Martí ejerce la profesión con verbo encendido, como látigo con cascabel, al servicio de la libertad de la tierra que lo vio nacer y por la dignidad y el decoro del hombre. En el artículo “Sobre periodismo”, publicado en Patria en 1892, Martí define la misión del periodista: “Decir lo que a todos conviene y no dejar de decir nada que a alguien pueda convenir. Que todos encuentren en el diario lo que pueden necesitar saber… Que un periódico sea literario no depende de que se vierta en él mucha literatura, sino que se escriba literariamente todo… En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico”. Las primeras inquietudes de Martí como escritor, lo llevan hacia el periodismo. Los artículos, crónicas, ensayos, en general toda su producción periodística se refiere, en primer lugar a Cuba, y, luego a Estados Unidos, España y países latinoamericanos y europeos. ¿Temas preferidos? Política y crítica de arte y literatura. Y en todos ellos está presente el respeto a la moral del periodista y a su labor. “De impresiones viven las letras, más que de expresiones. ¡Escombros, escombros¡ todas esas frases rellenas, todos esos abalorios históricos, todos esos parlamentos literarios, ¿qué dejan en quien lee, sino la presunción de que el escritor es sabihondo? Narciso no se ha de ser en las letras, sino misionero”. En “O Yara o Madrid”, se revela el futuro periodista comprometido con la libertad de Cuba. En ese primer periódico se publica un editorial escrito por Martí: “Nunca supe yo lo que era público, ni lo que era escribir para él, mas a fe de diablo honrado, aseguro que ahora como antes, nunca tuve tampoco miedo de hacerlo”. “Una tormenta de injurias fue la Prensa y lo es aún ahora. Cuando se ensalza aquí, el mundo entero lo oye, pero cuando acá se lapida, las piedras son montañas: y se visten de tal dignidad los periódicos comprados, que da grima creer que pueda haber criaturas con luz en la frente y canas en la barba que por dinero abran a las paseantes, como la mujer de la biblia, esta arca santa de los pueblos, que debe ser la prensa. No hay monarca como un periodista honrado”. Estaba convencido de que “criticar es el ejercicio del criterio” y polemiza con aquellos cronistas ibéricos que manipulan la realidad cubana, y denuncia la cruel coyuntura política, económica y social por la que atraviesa su amadanación. Algunos de ellos se recogen en los periódicos La Soberanía Nacional, de Cádiz; La discusión, El Jurado Federal, y Diario de Aviso,de Madrid; y, aunque esporádicamente, colabora de forma militante en La Cuestión Cubana, publicación que editan en Sevilla los emigrados criollos. (...) ¿Con qué se escribe bien en prosa o verso, sino con la sangre? El que no la ha perdido, ni sabe escribir ni sabe leer. Lo que escribe el dolor es lo único que queda grabado en la memoria de los hombres", manifiesta Martí en El Economista Americano, de Nueva York, en 1888. Y afirma: “No hay tormento mayor que escribir contra el alma, o sin ella”; y con dolorosa resignación acepta con dignidad las trabas que los propietarios de La Nación y La Opinión Nacional le imponen a su labor periodística, por primar para ellos “los intereses del negocio editorial”. Expone cómo debe ser un escritor de diario: "No puede pretender ser sublime. Semejante pujo para en extravagancia. Lo sublime es esencia de la vida; la montaña remata en pico; lo sublime es como pico de montaña. Es como quien quisiera andar a pasos naturales por sobre picos de montaña. Los empedrados no son cúspides sino pedrezuelas. Esa suprema altitud queda para los que son dueños de sí mismos y pueden esperar la hora de la inspiración. Pero el que no es dueño de sí, y no puede esperar la hora, ha de aprovecharla si le sorprende, pero no ha de forzarla. Que la inspiración es dama, huye de quién la busca. El escritor diario, que puede ser sublime a las veces, ha de contentarse con ser agradable”. Con la misma ética que siempre mostró asegura: “Un periódico sin generosidad, es un azote. Un periódico generoso, es una columna”. Queda una pregunta por hacer: ¿qué hubiera hecho Martí como periodista, si estuviera ahora entre nosotros? Pensaba y decía que "no debe hacerse de la pluma arma de satírico, sino espada de caballero". Y esa misma moral lo conduce a afirmar: "No merece escribir para los hombres, quien no sabe amarlos".

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