martes, marzo 25, 2008

IVAN RÌOS O ¿HAY MUERTES QUE NO HACEN RUIDO?

Desde Venezuela



IVÀN RIOS O ¿HAY MUERTES QUE NO HACEN RUIDO?


Eligio Damas


De Iván Ríos, sólo sé lo que dijeron los medios informativos a raíz de su asesinato por Pedro Pablo Montoya, quien fue calificado por Fidel Castro, como un “agente infiltrado” de Estados Unidos.
Agencias, una informativa, reportó lo anterior y agregó que el líder cubano hizo referencia, que el agente que ultimó a Juvenal Veladia, alias “Iván Ríos”, le cortó una mano y la presento a las “autoridades” junto a la cédula de ciudadanía, el pasaporte y el computar personal del insurgente
La revista colombiana CAMBIO, para el viernes 21 próximo pasado, en un articulo titulado “Así cayó Ríos” comenta que desde finales de octubre el Ministerio del Interior de Bogotá, llegó a tener contacto con un hombre de 35 años aproximadamente, que podía llevarlos hasta el “campamento de Nelly Ávila Moreno o Karina, comandante del frente 47 de las FARC o al refugio de Iván Ríos”.
Después de varios intercambios entre Pedro Pablo Montoya alias Rojas y su contacto del gobierno colombiano, dice la revista CAMBIO, que “los militares optaron por una vieja pero poca usada estrategia: el asesinato del “objetivo” y la obtención de pruebas para confirmarlo.
El día 7 de marzo, Rojas o Pedro Pablo Montoya, se presentó a Manizales con los documentos personales de identificación de Iván Ríos y su mano derecha.
Siguiendo apegado a la revista cambio, cuyas relaciones con el gobierno colombiano parecen ser en cierto modo armoniosas, citamos una macabra y totalmente desvinculada opinión de las obligaciones que impone la guerra, de un oficial colombiano. Dijo este triste personaje que “quien ejecuta el golpe cumple una tarea más efectiva”. Por cosas como estas Rojas fue presentado por el gobierno colombiano como un héroe.
Este incidente lamentable, criminoso, atroz, del cual la gente decente y pacifica está asqueada, tiene fundamento material en las ofertas de recompensas por captura esparcidas por el gobierno de Colombia a todo lo largo de su territorio. Un artículo de BBC Mundial, señala que en Colombia, hay quienes critican el sistema de recompensas porque “es un regreso a las leyes –o mejor a la falta de leyes- del viejo oeste americano. Y medios informativos colombianos como Radio Caracol, han asegurado que el gobierno va a pagar a Pedro Pablo Montoya o Rojas y tal anuncio, como era de esperarse, nadie mejor para eso, lo hará Juan Manuel Santos, el ministro de la defensa.
Uno, por lo menos quien esto escribe, no puede salir en defensa a ultranza de Iván Ríos, no me es suficiente que sea un jefe guerrillero de la FARC y porque desconozco totalmente de sus actos. Lo que nosotros hemos defendido, desde un inicio, cuando comenzamos a escribir sobre cuestiones de la guerra colombiana, es la pertinencia de las gestiones humanitarias y en última instancia y por encima de todo, la necesidad que la paz retorne al hermano paìs. Por un simple como sencillo argumento, la paz allá es paz acá.
Pero todos los hombres honestos, más que por esto último, por humanos, por humanismo y por defender caros valores religiosos y morales, estamos obligados repudiar, cuando muchos callan, uno no sabe por qué, esa aplicación de la ley de selva o del salvajismo más atroz, que promueve y autoriza el gobierno de Colombia. Ya no se trata que un gobierno ofrezca recompensas, a quienes aporten datos para detener perseguidos, o a quienes a éstos detengan, sino de pagar para asesinar. Pues el caso de Iván Ríos, fue un típico asesinato planificado. Y ademàs se incurrió en la crueldad y vergonzosa “hazaña”, muy del gusto de algunos personajes y de triste recordatorio entre nuestros pueblos, como aquel de cortarle las manos al occiso. La mafia mayamera que se infiltró en la policía venezolana, en años pasados, se divertía mucho con ese macabro juego.
El artículo 11 de la Constitución colombiana sanciona que la “la vida es inviolable. No habrá pena de muerte”.
Siendo así, ¿cómo un grupo militar colombiano, como se dice en la revista CAMBIO, nada sospechosa enemiga del uribismo, optó por el “asesinato del objetivo y la obtención de pruebas para confirmarlo?.
Y lo que es peor, al asesino se le da trato de héroe.
Y han llegado a un grado tal de insensibilidad y salvajismo que según BBC Mundial, el gobierno está preocupado porque si no paga se cae el programa de delaciones por “falta de credibilidad”. Pero ese tampoco es el asunto, allí no hubo una delación o una entrega para que a un hombre, considerado delincuente por el estado colombiano, se le sometiese al juicio al que tiene derecho en los Estados civilizados. Allí, no hay que buscarle vueltas ni eludir el bulto, lo que hubo fue un vulgar asesinato.
Y BBC Mundial, con cinismo, insensibilidad, no ignorancia, se pregunta ¿Debería ser juzgado Pedro Montoya a pesar de haber recibido la recompensa?
Si impera la ley, la salud mental, la palabra de Dios, Montoya debería ser juzgado por autor material de asesinato con premeditación y alevosía; otros, los señalados por la revista CAMBIO por autores intelectuales y al gobierno colombiano por forajido.
El mundo debe expresarse sobre este asunto. El jefe guerrillero asesinado, cuya muerte por humano lamentamos, no es el fondo del asunto, sino el intento de escribir un nuevo derecho que nos lleva a la época de las cavernas. Y a una pobre valoración de la vida humana.

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