jueves, febrero 28, 2008

LA CONSULTA Y LOS CONSULTADOS

Desde Venezuela



LA CONSULTA Y LOS CONSULTADOS


Eligio Damas



Al pueblo nunca, en la vieja democracia, le consultaron cosa alguna. Lo ponían a votar a favor de un programa engañoso y después, los gobernantes hacían cuanto les venía en gana.
Una de las grandes estafas a los venezolanos, fue el programa que Caldera y sus hijos llamaron “la agenda Venezuela”. En la plaza pública, el viejo patriarca al chiripero reunido, le dijo con fe de cristiano fundador, “hijos míos, les juro por esta, que jamás me someteré a los dictados del Fondo Monetario Internacional”. Y las chiripas creyentes, aplaudieron hasta sangrar las manos. Se llamó chiripero a los millones de votantes, procedentes de todos los rincones, de pequeños partidos, de los grandes que estaban en el gobierno y sobre todo del área independiente y que creía perdida sus esperanzas, que dieron el triunfo electoral al Dr. Caldera, en contra de la voluntad de AD y COPEI, los del Pacto de Punto Fijo. Este fenómeno fue un resultado importante de los acontecimientos del 27 de febrero de 1989, conocidos como el “Sacudòn” o “Caracazo”, bajo el segundo gobierno de Carlos Andrès Pèrez, desatados contra èste y su polìtica neoliberal que consistiò básicamente en la aplicación violenta de un paquete de medidas recomendadas por el FMI, esencialmente dirigidas contra la economía popular.
Aquel programa de Caldera, bautizado por Teodoro Petkof y Raúl Matos Azocar, llevó al Dr. Caldera, por segunda vez a Miraflores. Pocos días después, una vez que tomó posesión, sin consultar al pueblo y al chiripero que lo hizo presidente, el programa de su electorado, lo lanzó al cesto de basura. Y él, los ministros Sosa y Matos Azocar y más tarde Teodoro, fueron atragantados de palabras, a suplicar perdón y una ayuda, bajo las condiciones que fuesen, al organismo financiero internacional.
Por supuesto, no hubo la consulta al pueblo; se actuó en contra de su voluntad y todos aquellos que acceso tenían a los medios se quedaron callados. Los empresarios no se incomodaron por aquel abuso y absoluto desprecio por los derechos de la gente común. ¡Claro, a ellos si les consultaron! Es más, Caldera terminó haciendo, no lo que ellos opinaban, sino lo que querían, aunque jamás formaron parte del despreciado chiripero.
Chávez, ha hecho algo inédito en estos tiempos de democracia. Formó un gobierno sin repartir la torta entre los partidos y la cúpula empresarial. Antes era habitual que esta se apoderase de parte importante del parlamento y de los ministerios claves, sobre todo aquellos que tienen que ver con lo económico.
Esa manera de proceder ya hace de Chávez un tipo indeseable y a quien hay que combatir. Pero, si para más señas, no gestiona para que las leyes salgan al justo gusto, conveniencia e interés de quienes siempre se han favorecido, aunque les consulte, hay que destruirlo.
Domingo Maza Zavala, Director del Banco Central, un hombre juicioso, equilibrado y hasta conservador, a quien nadie puede calificar de chavista, dijo aquellos dìas que se discutía para la elaborar la Ley de Hidrocarburos, que se consultó hasta el gato. Nunca antes, según el viejo profesor de economía, había visto que se diese un debate más amplio y tanto derecho a opinar. Pese a eso, empresarios y políticos enemigos del régimen, dijeron que no les consultaron. Cuando se puso al debate público la reforma de la constitución vigente, pese a la amplia consulta que hizo la Asamblea Nacional y la discusión que se daba por los medios y en la calle, los opositores decían a coro, que el gobierno a nadie había consultado. Porque en verdad, no reclamaban se les consultase sino se hiciese lo que ellos querían.
Porque no admiten que los tiempos han cambiado, que todos tenemos el derecho a opinar, soñar y desear. Pero eso no implica que el consultante esté obligado a acoger mis deseos, porque éstos son muchos y variados.
Hay que escuchar, hurgar por verdades, pero entre y por todos.

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