viernes, febrero 08, 2008

ACERCAMIENTO A LA HABANA

ENVIADO DESDE LA HABANA, CUBA
POR A. & F.
PUBLICADO POR : HECTOR GARCIA SOTO

Sent: Thursday, February 07, 2008 9:12 PM
Subject: Acercamiento a La Habana
Editorial EL Universal

Estamos en vísperas de la recomposición de las relaciones diplomáticas entre México y Cuba, maltrechas cuando se dejó la política exterior en manos inexpertas y se guardó en la gaveta una añeja tradición de dignidad y decoro nacionales.

El embajador cubano, Manuel Francisco Aguilera de la Paz, acreditado el otoño pasado, reveló a EL UNIVERSAL que la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, irá a la isla el mes próximo, en una visita que será correspondida por un viaje del canciller cubano Felipe Pérez Roque a México. Posteriormente, el presidente Felipe Calderón tendrá un encuentro con el convaleciente Fidel Castro.Esta normalización de relaciones, grata para los dos pueblos, corrige un error imperdonable y se inscribe en la declarada intención del presidente Calderón de fortalecer nuestros vínculos políticos, culturales y económicos con los países de América Latina, nuestra patria común.Ni en los momentos más duros del régimen surgido de la Revolución Cubana en 1959, México titubeó en mantener sus lazos con Cuba, mientras otras naciones los suspendían.En una firme actitud de autodeterminación e independencia, la posición mexicana nos puso a salvo de injerencias guerrilleras intolerables, cuando el grito del Che era "crear uno, dos, tres Vietnam", y nos hizo puente natural de comunicación y de contactos útiles para el entendimiento multilateral.Al margen de lo que cada quien piense sobre lo que sucede en Cuba, este país es parte de la comunidad de naciones, integrado en la ONU, y merece, más que consideración y respeto, la oportunidad de convivir en igualdad de circunstancias con todos los demás.Cualquier otra situación no puede producir consecuencias positivas.La buena relación entre las naciones, que se finca en el respeto mutuo, es el cimiento de la comprensión y la cooperación entre los pueblos.Además, la aspiración a la amistad es condición sine qua non del estilo de la diplomacia mexicana en todo el mundo.Con Cuba, como con Argentina y Venezuela, hubo durante el sexenio pasado fricciones innecesarias producto de la ignorancia y de la torpeza, por un lado, pero también por el infeliz afán de creer que así se complacían deseos unilaterales de los poderosos de la región.Esperamos que estas señales indiquen la recuperación de un comportamiento digno de la política exterior mexicana, que durante muchos años fue motivo de orgullo nacional, hasta que se le encargó a aficionados y ambiciosos.Podemos ser amigos de todos, aun de los enemigos entre sí, a condición de resistirnos a ser lacayos de uno.Si ni siquiera nos respetamos a nosotros mismos, nadie va a respetarnos.El desafío de América Latina en la hora presente es coordinar nuestros esfuerzos para alcanzar juntos las altas metas de desarrollo económico y social que nos son comunes.Padecemos los mismos problemas, bien conocidos, y seguramente serán aplicables recetas similares para resolverlos. Juntos será más fácil.

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