lunes, noviembre 26, 2007

MAJESTAD JUAN CARLOS DE BORBÒN ¿CÒMO SE SIENTE?

DESDE VENEZUELA


MAJESTAD JUAN CARLOS DE BORBÒN ¿CÒMO SE SIENTE?

Eligio Damas

Bien sé, porque es una cosa elemental, que debe estar doblemente deprimido. No le alienta que la derecha española, y no estamos pensando sólo en los remanentes del franquismo, pues coro hacen sectores del PSOE, organizaciones políticas y empresariales de América Latina, la oposición venezolana que ansía que el incidente por usted provocado con el presidente Chàvez, influya a su favor en los resultados electorales del 2D y, por supuesto, el gobierno de Estados Unidos, le canten loas y presenten como agraviado.
Y esos gestos de solidaridad automática no logran levantar su ánimo, porque está conciente de lo sucedido. Le educaron para ser rey y, en ese empeño, enseñaron buenos modales; a que no actuase nunca como un vulgar plebeyo, pero de hacerlo, porque eso está en la condición humana, que fuese en la estricta intimidad, como en capilla, pero nunca ante tanta gente. Es posible pues que su majestad, por esas inclinaciones del estar siempre rodeado de adulantes, más de una vez, en la intimidad de la corte, se ha dejado llevar por la iracundia y el estímulo de alguna excesiva o mala ingesta. Pero esto de salirse de casillas y expresarse como un estibador y para colmo en presencia de unos cuantos personajes importantes, incluidos jefes de estado elegidos y no puestos a dedo, y millones de televidentes en el reino de España y el mundo entero, es una vaina seria que le tiene agobiado.
En cierto modo uno entiende que se haya incomodado. No era para menos. No está acostumbrado a que le lleven la contraria ni escuchar a unos mulatos igualados, indios sin alma, como le enseñó Sepúlveda y cuando más uno que otro blanco de orilla, despotricar contra la corona española que en nombre de la cruz y bendecida por la madre iglesia, emprendió la hazaña de la conquista de estas tierras de herejes para difundir vuestra fe. Y presentar como indigno que los conquistadores hubiesen tenido que despaturrar a millones de salvajes y luego resarcir los gastos llevando a España cuanta cosa de valor cayó en sus manos. ¿Cómo aceptar que ese natural procedimiento, por demás bendito, fuese calificado de saqueo? Le entiendo y compadezco.
Pero si a lo anterior agregamos que el mulato que llaman Chàvez, presidente elegido una, otra y otra vez, llame fascista al expresidente Aznar, que como usted, a mucha honra, lo es, pero con intenciones de ofender, no queda otra salida que tirar el guante y exigir que se busque unos padrinos. Eso hubiese hecho Don Quijote por Dulcinea del Toboso. Pero usted, le comprendo, perdió por momentos sus dotes de caballero, porque sintió ofendido el honor del Generalísimo Francisco Franco, Padre y Benefactor de la monarquía republicana que a usted le puso donde está, para defender su herencia, lo que incluye al Partido Popular (PP) y a su jefe actual, y en lugar de proceder conforme a las normas de caballería, metió la pata hasta la cadera.
¿Por qué no procedió tampoco como establece el régimen parlamentario y pidió a la presidenta Bachelet, directora del debate, como jefe de Estado del paìs anfitrión, que sacase del orden a Chàvez, en caso que eso fuese procedente? Eso intentaron enseñarle a usted.
Esa expresión ¿por qué no te callas?, y el señalar al aludido con la mano a lo mero plebeyo, dirigiéndose a un mayor de edad, jefe de estado electo y sin la licencia del dueño de la casa ni del hablante, conforman una conducta no sólo ajena al proceder de un caballero y menos si está ungido de la realeza, sino también atropella “El Manual de Carreño” y las normas del buen hablante y oyente, que desde niño a cualquier pobre enseñan en la escuela.
Pero fue más audaz. Quizás los tiempos y espacios se le enredaron y en lugar de los hijos de Guaicaipuro, Paramaconi, Tùpac Amarù y Tùpac Catari, vio frente a usted a los viejos ocupantes àrabes y cual Cid Campeador - esas son vainas de las malas noches que se pasan, sintiendo entre brumas que son buenas – saltó a combatir a campo abierto, con tanta violencia que uno creyó que iba con prontitud al baño. La próstata, pasado un tiempo jode con frecuencia.
Este movimiento último lo hizo, cuando hablaba el descendiente de los mayas, Daniel Ortega, también presidente reelecto. Es lastimoso que hubiese dejado que se le desencajase el rostro, pintado en él la rabia y como diciendo para si mismo, “estos hijos de puta, como que olvidaron que sigo siendo el rey y ellos mis súbditos. Pues nuestros capitales estàn llevando a cabo la nueva conquista. ¿Cómo se le ocurre al Ortega denunciar nuestra empresa eléctrica que alumbra a Nicaragua?”
En efecto, Ortega denunció que aquella empresa, de la cual al parecer usted, como en muchas, socio es, comete desafueros y se comporta como en los tiempos imperiales.
No le alivia que Rodríguez Zapatero del PSOE, haya salido a desenredar entuertos, como dijese el Quijote, en defensa de Aznar. Sabe usted que lo hizo por orden suya. Pues la Constitución española, hecha después de muerto Franco pero a gusto de éste, lo encarga a usted de la jefatura de la política exterior.
Pero no se siga torturando. Rey es rey manque ponga o como decimos por estas tierras, aunque tenga cochocho y ademàs, la canalla de aquí y acullá, le aplaude con frenesí.

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