domingo, septiembre 23, 2007

DE BUENAS INTENCIONES ESTA EMPEDRADO EL CAMINO QUE CONDUCE AL INFIERNO

Dr.Bénard:

No dudo de sus buenas intenciones. En mi país, el Perú, la "libertad" que quiere disfrutar el coronel de marras de su historia tan telenovelesca, permite que los gobiernos "democráticos y liberales a ultranza", vendan impunemente las riquezas ingentes de la Nación. Mi patria es riquísima, pero esas fortunas naturales están en manos de minorías espurias y prostituidas, generalmente dependientes del "paraíso de la libertad", que usted debe saber es el imperio más genocida que ha parido la humanidad: ése que domina la banda de subnormales que capitanea un fronterizo como el señor Bush, en USA (seguramente, para usted el non plus ultra de lo creado por un dios casquivano y desprevenido).

¿Lo conoce? ¿Ha oído hablar de él? Sabe cuántos millones gastan Bush y sus emporios trasnacionales en asesinar genocidamente, a todo el que se opone a esa "libertad" (de robar el petróleo en el caso de Irak, por ejemplo) "libertad" a la que usted puerilmente defiende. Bueno, eso que llama ellos libertad: Y entonces ¿por qué no deja -si son libres los subditos americanos- que vayan a Cuba, que le vendan los productos a la Patria de Martí a la que tiene criminalmente bloqueada hace casi medio siglo?

No, señor mío. Sus buenas intenciones, como decía un tatarabisabuelo de nosotros los escritores, Dante Aligjhieri (¿lo conoce?) tiene empedrado el infierno.

Y permítame que me retire a seguir en mis escritos y mis cátedras, que ahora estamos preocupados por la presencia, en el Perú, de un serial killer -fanático del libremercado, de sus credos neoliberales, de su libertad de robo y asesinato. Me refiero al delincuente común, de origen japonés, Alberto Fujimori. ¿Ha oído hablar usted de sus crímenes, cometidos uno a uno, en nombre de la libertad?

Y doy por terminada esta charla, no sin antes manifestarle que estamos seguros que una nueva humanidad es posible.

Tal el sentido de nuestra lucha. De nuestro estudio. De nuestra esperanza renovada cada vez que vemos, perfectamentes vivos y actuantes, los ejemplos de Bolívar, de Martí, de Mariátegui, del Che, de Fidel, de Hugo Chávez, de Evo Morales, y la lista continúa, aunque usted y otros más sientan que esto les escuece.

Muy atentamente,


Dr. Winston Orrillo
Premio Nacional de Cultura del Perú

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