miércoles, mayo 09, 2007

Ganaremos la Guerra

Francia ha perdido una batalla; ganaremos la guerra
por Jacques Cheminade, dirigente del Movimiento de LaRouche en Francia.

París, 6 de mayo (EIRNS).- No intenten ocultarlo. La elección de Nicolás Sarkozy es un desastre para Francia y Europa. Significa cuatro cosas:

1) El fin de la excepción francesa en política exterior, y nuestra sumisión al gobierno de la oligarquía financiera. Porque en verdad Nicolás Sarkozy ganó, gracias al apoyo de los principales órganos de difusión estadounidenses, británicos y franceses que casi unánimemente apoyaron su candidatura.

2) La confirmación de nuestra dependencia económica, porque la política de nuestro nuevo Presidente será la del mercado, en el contexto de un mercado de valores de París manejado por la Bolsa de Valores de Nueva York y el capital extranjero dominando el CAC 40, notablemente desde que Nicolás Sarkozy fue ministro de Presupuesto con Edouard Balladur.

3) El fichado y vigilancia política de los ciudadanos franceses, con la multiplicación de las cámaras de vigilancia, la integración de los archivos del STIC (policía local) y JUDEX (policía nacional), la extensión del fichado de DNA (que actualmente se contempla en el caso de dos niños que tienen menos de 12 años de edad), el uso de pasaportes biométricos y la detección de niños de "alto riesgo". Un hombre que, en esta situación, cree en el determinismo genético es un peligro para las libertades públicas.

4) El sabotaje de toda la política euroasiática, que es nuestro futuro; porque Nicolás Sarkozy apoya a la parte errónea de Estados Unidos, la de Cheney y Bush, y critica la Rusia de Putin, que habla de Roosevelt y De Gaulle. Está en contra de todas las políticas económicas dirigistas, como las que Franklin Delano Roosevelt, Lyndon LaRouche, Charles De Gaulle, Pierre Mendes-France y yo hemos apoyado. No va a hacer nada más que sabotear la recuperación de la economía mundial.

Francia ha perdido una batalla. Los organizadores socialistas demasiado a menudo pelean sin tener la intención de ganar -hemos observado en sus oficinas miles de volantes que no se distribuyeron- y la izquierda (aparte de los socialistas) no movilizaron sus fuerzas en contra de lo intolerable. Un cinismo impotente nos infestó. Por nuestra parte, con nuestros escasos medios, nuestros 120,000 volantes, nuestro afiche "No a un Sarko-Maso en Francia y nuestro entusiasmo, hicimos todo lo que pudimos para que ganara Segolene Royal, la única alternativa concebible. Estamos contentos con lo que hicimos.

En medio de las tormentas que se avecinan, estamos preparando una lucha de no violencia organizada desde una perspectiva europea e internacional. El Nuevo Bretton Woods, el Puente Terrestre Euroasiático, una cultura de la vida no de la muerte, un diálogo de civilizaciones, religiones y humanismo son nuestras normas. Nuestros sitios electrónicos ofrecen todo lo que cambia en el mundo y todo lo que nosotros estamos cambiando.

Proponemos cooperar con todo movimiento de resistencia que pelee positivamente con ideas y propuestas, sin violencia ni resentimiento. Queremos que se restablezca un sentido republicano, una cultura de las capacidades creativas de los seres humanos, la de Marie Curie y Louis Pasteur, de Jean Jaures y Jean Moulin, contrapuesta a la contracultura monetaria de los videojuegos violentos, los espectáculos, los juegos de azar (desde la lotería hasta los derivados financieros) y el mercadeo sexual, que destruye la moralidad y la cultura de la población mientras que la globalización financiera destruye sus niveles de vida.

Somos un movimiento internacional. Es nuestra fortaleza. Estamos orgullosos de ello. Para derrotar a Nicolás Sarkozy, que es producto del apoyo de las fuerzas financieras internacionales, se requiere que se le oponga un movimiento internacional.

Si nos enfocamos en los resultados de una batalla perdida, nos puede derrotar la impotencia o la violencia. Sería ponernos al nivel del adversario. Tenemos que elevar el nivel del debate al nivel del escenario europeo y mundial. Lo estamos haciendo. La derrota del señor Sarkozy y quienes lo respaldan, la va escribir la misión histórica de Francia, una misión universal. Ganaremos la guerra. Con nuestro movimiento juvenil y con nuestros ojos puestos en el futuro.

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